
REDACCIÓN
ORO NEGRO
La directiva para la campaña que emerge desde el CEN del PRI en CDMX es que los candidatos del tricolor deben dedicarse a criticar a Morena pero en paralelo evitar cualquier ataque frontal contra Andrés Manuel López Obrador.
Esta determinación obedece a un cálculo que comparte Alejandro Moreno Cárdenas: como mucho votante de Morena proviene del PRI, y el gobierno de López Obrador entrega tantos apoyos sociales, criticar al presidente se traduce en la mente del votante como que el PRI podría quitarle apoyos sociales. Por eso el ataque se debe centrar en el partido y no en la persona.
Desde luego, hay discrepancias al interior del partido sobre esta tesis y los sectores más alejados al campechano alimentan la teoría de que en realidad Alito no quiere criticar al presidente porque teme una orden de aprehensión conectada con su fabuloso patrimonio.
Persiste, además, el pronóstico de que el partido va a desplomarse en las elecciones del verano y se habla cada vez con más frecuencia de la sucesión. A fines de diciembre sobrevoló con fuerza el nombre de Quirino Ordáz, tal como reveló LPO.
Retener Campeche ya es una obligación para Alito, no solo política, sino de índole judicial. Esta contienda también se inicia con desventaja porque el candidato de MC es más competitivo que el de la alianza PRI-PAN-PRD. En frente aparece la candidata de Morena, Layda Sansores. La Política On Line