
REDACCIÓN
ORO NEGRO
Las tormentas no tienen fin para Pemex. A sus presiones financieras ahora se suma una batalla legal en las que tiene todas las de perder, explican fuentes del sector que conocen bien el contrato que se discute con Braskem-Idesa, y que podría sumarle una deuda de alrededor de 6,000 millones de dólares.
El conflicto se desató en diciembre pasado, cuando en sus primeros días la 4T decidió no renovar su contrato de suministro de gas natural por parte de Cenagas, el cual terminó en noviembre. Si bien esto es una decisión permitida en el marco legal, su acción es cuestionable, pues cortó el suministro de manera abrupta, a pesar de que está estipulado que debe mantener el servicio por un par de meses.
Pero esta acción resulta ser el argumento que peleará la empresa privada ante la justicia. Aemás, explican especialistas del sector, aprovechará para avivar un conflicto que “condonado” -pues no había interpuesto una demanda- a Petróleos Mexicanos: los años que debe de indemnización por no cumplir con la entrega de gas etano, que forma parte del otro contrato con Braskem. Esta demanda pone a Romero Oropeza en una posición de franca desventaja.
En el mercado entienden la decisión de cortar el suministro de gas natural como una estrategia de la 4T para darle la vuelta al otro de etano, donde la deuda crece con la empresa a la que el presidente suele recordar por su conexión con Odebrecht. Players del mercado consideran que el cálculo del gobierno era que, al quedar inhabilitada, ya no podría proseguir con la entrega de etano que cada año se complica más.
Aunque la planta Etileno XXi no frenó del todo, pues de acuerdo con Adrián Calcáneo, líder para Latam Midstream y Líquidos de IHS Markit, la empresa podría buscar otras formas de suministro de gas natural, aunque no pueda activar al 100%, explicó en diálogo con LPO. Con lo que Pemex seguiría obligado a cumplir con el acuerdo.
Vale recordar que este contrato surgió desde el sexenio de Calderón, en un momento en que el gas etano se producía en abundancia, por lo que se hicieron cálculos alegres sobre la cantidad que Pemex se comprometería a entregar a la planta Etileno XXI, conformado por la brasileña, Braskem y la mexicana Idesa. El contrato, diseñado por la propia petrolera, establece que debe entregar 66 mil barriles diarios de este hidrocarburo, con un precio fijo para el consorcio.
Pero dicha producción se desatendió desde años atrás, por falta de inversión, y empezó su declive desde ese sexenio. Las complicaciones las reciente la administración actual: sin forma de realizar las entregas comprometidas, ahora entrega entre 45 y 50 mil barriles diarios, lo cual es sujeto de penalización, según lo estipulado, por cada barril faltante.
“Fue un asunto que pudo haberse atendido hace diez años. En este caso, sí se trata de un problema heredado”, explica por su parte el experto energético, David Rosales, quien coincide en las complicaciones legales para la petrolera mexicana, en esta situación.
Por las características del contrato, en el mercado también se habla del poco margen de maniobra que tendría la 4T para negociar como lo ha hecho en otros escenarios -vale recordar el caso de CFE y los gasoductos-. Una fuente, que conoce de primera mane el contrato, asegura que, en todo caso, podría negociarse el pago de la penalización. De otra forma, intentar revertir ese contrato, podría costar hasta 6,000 millones de dólares. Un dolor de cabeza que terminaría heredando también la siguiente administración, en tanto que Pemex no tiene actualmente ni los recursos financieros para enfrentar mayores deudas ni para impulsar la producción de etano. La Politica Online SA