
REDACCIÓN
ORO NEGRO
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dirigió la Recomendación 84/2020, al director general de Petróleos Mexicanos, Octavio Romero, por violentar los derechos humanos a la protección de la salud, por mala praxis médica, en agravio de un hombre de 71 años, atribuible a servidores públicos adscritos al Servicio de Hematología del Hospital Central de Pemex.
En la queja presentada el 25 de julio de 2018, la víctima derechohabiente de Pemex señaló que, en agosto de 2017, inició su atención médica en el Servicio de Hematología del Hospital Central, debido a que presentó disminución paulatina de plaquetas, siendo atendido en cuatro ocasiones, la última vez, el 22 de marzo de 2018, y señaló que no fue tratado adecuadamente, pues no le proporcionaron un diagnóstico y tratamiento preciso de su padecimiento.
Refirió que en dicho servicio, fue atendido por un médico, quien a pesar de que observó que su nivel de plaquetas continuaba disminuyendo, negó la realización de una transfusión sanguínea.
La víctima agregó que su estado de salud continuaba en grave deterioro, por lo que el 4 de abril de 2018, acudió con sus propios recursos económicos al Hospital Privado 1, donde le practicaron una transfusión sanguínea de emergencia y le diagnosticaron Mielofibrosis MF-1.
Posteriormente solicitó a Pemex el rembolso de los gastos generados por su atención médica y seguimiento en el Hospital Privado. Durante la integración del expediente de mérito, mediante comunicación telefónica, un familiar informó a personal de la CNDH, que la víctima había fallecido a finales del mes de mayo de 2019, motivo por el cual, solicitó que la CNDH determinara lo que en derecho corresponda, ya que consideraba que el grave deterioro del estado de salud de la víctima y su eventual deceso pudieron prevenirse, de haber recibido una atención médica adecuada por parte del médico que lo atendió.
La CNDH, en concordancia con lo señalado por la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed), concluyó que la atención brindada del médico hacia la víctima, tanto en su diagnóstico como en su tratamiento, no fue adecuada ni oportuna, contraviniendo lo previsto en la Guía Clínica correspondiente, lo que permitió la evolución de la enfermedad (Síndrome Mielodisplásico) a citopenias severas y riesgo de mayores complicaciones. Milenio