
Para que estas se materialicen se requieren cambios a la Constitución que solo pueden ser aprobados por dos terceras partes de los legisladores, algo que ni Morena ni sus aliados tienen en ninguna de las dos cámaras del Congreso
En los últimos meses, el presidente Andrés Manuel López Obrador e integrantes de su partido han prometido una serie de reformas para la segunda parte del sexenio que van desde la revisión y posible reducción de órganos autónomos, hasta nuevas modificaciones en materia energética y electoral.
Para que estas se materialicen se requieren cambios a la Constitución que solo pueden ser aprobados por dos terceras partes de los legisladores, algo que ni Morena ni sus aliados tienen en ninguna de las dos cámaras del Congreso. Por ello, requieren del apoyo de al menos una fracción de los legisladores de oposición para que las reformas constitucionales prosperen.
Esta semana, el presidente López Obrador consideró que construir esa mayoría calificada es posible con la adición de legisladores del PRI o de alguno de los otros partidos. En cambio, la aprobación del presupuesto o la modificación de otras leyes es algo que Morena y sus aliados pueden conseguir sin una mayoría calificada.
¿Cuáles son las reformas o modificaciones legales que podrían caer en alguno de estos escenarios? Animal Político detalla algunos de los que el presidente o miembros de su partido han señalado este año.
Conforme ha avanzado su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido cada vez más en la necesidad de revisar la función de distintos órganos reguladores y autónomos e incluso en la posibilidad de desaparecer algunos de ellos. Esto bajo el argumento de que son caros, que duplican funciones que puede hacer el gobierno e incluso de que obstaculizan la transformación que está emprendiendo.
Entre los organismos cuya continuidad ha puesto el presidente bajo un velo de duda están el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), la Comisión Federal de Competencia Económica, la Comisión Nacional de Hidrocarburos, el Instituto Nacional Electoral (INE), entre otros.
Apenas el pasado 28 de abril, López Obrador denominó a estos organismos como “monstruos” u “ogros” que no favorecen a las personas por lo que es necesario reformarlos.
“Vamos a hacer una revisión, toda una reforma. Ya lo anuncié y vamos a trabajar en ello y ajustar los órganos administrativos y adaptarlos a la nueva circunstancia y nueva realidad (…) todos esos organismos autónomos que solo ven para arriba, que no les importa el pueblo, pues no tienen razón de ser…” dijo el presidente.
Sin embargo, la posible desaparición de organismos autónomos como el INAI o el INE requieren de reformas constitucionales y no solo de una decisión del Ejecutivo. Y para que una reforma constitucional trascienda necesita, en primera instancia, la aprobación por mayoría calificada (dos terceras partes) de los diputados en el Congreso.
En números mas simples: se requiere el voto de al menos 334 diputados para que un proyecto de reforma a la constitución se apruebe y pase al Senado de la República. Es una suma de legisladores que ni Morena con todos sus aliados alcanzan.
Si las modificaciones solo se limitan a ajustes en leyes secundarias, pero no a cambios a la la Constitución –lo que por ende descartaría la posibilidad de desaparecer dichos órganos– solo se requiere de una mayoría simple del Congreso (la mitad más uno) que sí alcanzan Morena y sus aliados.
Otro tema en el que el presidente López Obrador fue insistente en los últimos meses es la posibilidad de promover una reforma electoral a gran escala que, entre otras cosas, revise las funciones del INE y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
El presidente se volvió insistente con este tema sobre todo tras la decisión de ambos organismos de anular las candidaturas originales de Morena a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán, una decisión que no le gustó y calificó en más de una ocasión como un “golpe a la democracia”.
El senador Ricardo Monreal, presidente de la junta de coordinación política de la Cámara Alta, dijo el pasado 4 de mayo que compartía la visión del presidente de emprender una reforma electoral e incluso fue mas allá al proponer que podría avanzarse en la eliminación de los diputados que se eligen por representación proporcional, lo que reducirá de 500 a 300 los legisladores en la Cámara Baja.
“Es posible que Morena incluso proponga solo quedarse con los 300 distritos sin representación proporcional. Sería dejar la mayoría pura, el sistema de mayoría relativa sin representación proporcional para que los partidos tengan la fuerza que les corresponde”, dijo el senador.
Pero al igual que en el caso de los autónomos, una reforma electoral de gran alcance requeriría modificaciones a los artículos 131 y 134 de la Constitución que solo es posible con el aval de dos tercios de la Cámara de Diputados, por lo que en este escenario también se requeriría la suma de más de 30 legisladores de oposición.
Y aun cuando se lograra dicho apoyo en la Cámara de diputados, el caso tendría que turnarse al Senado donde también deberían alcanzarse acuerdos con los opositores para que una reforma así transite.
Si en cambio se opta por modificaciones menores a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales solo se requeriría una mayoría mínima en la cámara correspondiente, situación que Morena alcanza con la s bancadas del Partido de Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México.