La Roja

Tras ataque el reportero Ruben Darío dice, “No quiero ser desplazado otra vez”


Un día después, el reportero del periódico Por Esto Quintana Roo cuenta a EL UNIVERSAL el ataque


CANCÚN | Después del “evento de riesgo” que sufrió este jueves en Cancún, el reportero Rubén Darío Cruz regresó un día después del ataque armado a la cobertura informativa, se asume triste, con miedo, pero sin deseos de ser desplazado a otro estado por temas de seguridad.

Contó que anoche no pudo dormir no pudo dormir. Tras ser atacado, el reportero recibió sus asignaciones del día para el periódico Por Esto Quintana Roo, en donde escribe desde hace varios años, luego de haber sido desplazado de Veracruz en 2014 y Tijuana por amenazas y agresiones ligadas a su labor periodística.

Más calmado, “sin adrenalina”, matizó sobre lo que vivió al salir del diario rumbo a su casa, y dijo en entrevista con EL UNIVERSAL que son las autoridades las que determinarán si fue víctima de un intento de ataque, derivado de su actividad informativa o si fue confundido con otra persona por hombres que se encontraban armados y se dirigieron hacia el vehículo en donde él se encontraba.

“No he dormido. Hablé con los escoltas, mi familia y ya me siento calmado como para ver bien las cosas. Sigo trabajando, no me quiero desplazar (de ciudad). Ojalá nunca hubiera ocurrido nada de esto”, expresó.

El periodista repasa lo ocurrido anoche. Confirma que después de las 18:00 horas salía del periódico cuando a la caseta de seguridad llegó un joven pidiendo ayuda porque “lo querían levantar”.

Rubén dice que, a la par de escuchar al muchacho, observó que en el lugar se encontraba un auto negro que, desde días atrás, rondaba la zona.

Los escoltas que le fueron asignados por el Mecanismo Federal de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas clasificaron como “sospechoso” ese auto.

El periodista repasa lo ocurrido anoche. Confirma que después de las 18:00 horas salía del periódico cuando a la caseta de seguridad llegó un joven pidiendo ayuda porque “lo querían levantar”.

Rubén dice que, a la par de escuchar al muchacho, observó que en el lugar se encontraba un auto negro que, desde días atrás, rondaba la zona.

Los escoltas que le fueron asignados por el Mecanismo Federal de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas clasificaron como “sospechoso” ese auto.

En el trayecto, explicó, se dieron cuenta que el mismo auto negro les seguía, sin ser propiamente una persecución, hasta que al dar vuelta en una de las calles de la Región 99, ese vehículo ya estaba detenido, con las puertas abiertas, con dos hombres afuera.

Uno de esos dos hombres, armado, se dirigió hacia el auto en donde se encontraba el reportero, lo que motivó que uno de sus escoltas, al ver que el sujeto se aproximaba, reaccionara y disparara.

Rubén Darío precisa que él no vio el arma, pero los escoltas sí. Cuenta que uno le dijo al otro “protégelo, protégelo”; se agachó dentro del auto para cubrirse y escuchó al menos tres detonaciones más de arma de fuego, que lo dejaron aturdido y casi ensordecido.

Para ponerse a salvo, se dirigieron al Centro de Readaptación Social (Cereso) de la ciudad, que era el punto más cercano, en donde fueron auxiliados por la policía.

“Efectivamente fue un evento de riesgo y el escolta detonó el arma; sí hubo más de un disparo y eso es lo que hoy, sin adrenalina y después de hablar con los escoltas, puedo decir.

“Pensando con cabeza fría, deducimos que, quizá pensaron que éramos policías ministeriales que íbamos a detenerlos. Quizá el joven que dijo que lo querían lastimar era parte del plan, quizá en realidad sí era una víctima. Pero aquí sigo trabajando y diciendo que no sé si fue una confusión, un evento planeado, pero tampoco puedo asegurar que fue un atentado. Que sean las autoridades las que digan lo que pasó”, indicó.

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